MENSAJE DE
La paloma de la paz y Madre de todos.
Que tantísimo la amo y la he escuchado.
ha anidado en vuestros corazones y en vuestras almas.
Nada hacéis para enmendaros, para volver la vida más feliz, más sana y más fecunda.
¿Qué cosas hacéis todos vosotros que creéis en mi santo amor?
Edifico signos tangibles y dudáis.
También me hago ver y otros no hacen más que escarnecer, escarnecer cuanto yo elijo hacerlo por medio de la naturaleza divina y la naturaleza humana.
Mis lágrimas son tantas, tantas, pero vosotros sacerdotes no queréis entender su significado, menos cuando estas lágrimas son trasmutadas en perlas de sangre, de brillantes colores y de materno desanimo.
Me rogáis y al mismo tiempo me desobedecéis y me dais la espalda, poniendo una valla a mi santa invitación al arrepentimiento, a la obediencia de Aquél que concebí y que mis humanos ojos vieron en la cruz como cualquier malhechor, El, El, El, la ternura del amor más grande de todos los amores; Es mi dilecto hijo.
El Sol hecho carne y sangre.
Vuestros sacerdotes callan y vuestros corazones privados se endurecen siempre más, como es, el del temor a Dios.